Kane está siendo transportado hacia el lugar de su ejecución junto a otro prisionero llamado Lynch cuando el vehículo es asaltado. Mientras que Lynch está al tanto de lo que ocurre, Kane descubre que los atacantes son sus antiguos compinches que creía muertos. Ahora le reclaman el dinero de su último botín y para asegurarse el éxito, han secuestrado a su familia. El psicópata Lynch también forma parte del plan, su misión es vigilar a Kane para que todo se desarrolle según lo acordado.